The boisterous sea
of liberty
is never without a wave.
Thomas Jefferson
Y aquí estamos, viviendo siendo transformados continuamente por la vida. Unidos en esta vida como las olas y el mar. Olas personas, olas lugares, olas recuerdos… ¿Qué sucede cuándo una ola desaparece? En algunas ocasiones los cambios se vuelven intensamente duros y nos sentimos desbordados y perdidos. A veces pasamos muchos meses en un estado de shock, viviendo sin estar realmente vivos. ¿Sabes de lo que estoy hablando, verdad? Esta situación puede durar más o menos tiempo, pero llega un momento en el que tocamos ‘fondo’ y en ese momento, aparece un libro, una charla casual, una película, una entrada en un blog… Es cuándo ese encuentro con lo desconocido nos lleva a escuchar esa íntima llamada de afrontar el dolor por ‘esa’ perdida, ‘ese’ hacer algo.
Nunca es fácil, sentarse frente a frente con la fría, vacía y dolorosa ausencia. Tendemos a escaparnos de miles de maneras distintas… Pero llega un momento en que es más difícil seguir escapando que parar. Y hoy aquí paramos, para compartir la intimidad y la fragilidad, el dolor y la tristeza de perder a un ser querido.
Hoy vamos a nombrarlo, a hablar de él o de ella, desde el amor y la nostalgia. Hoy vamos a aflojar suavemente el asfixiante nudo del silencio, del ensordecedor grito mudo de esa ausencia tan presente.
En esta entrada, te invito a que compartas y sientas, a experimentar el abrazo con tu perdida y tu dolor, y como ello te transforma. Porqué de eso va esta terapia de duelo de respirar profundo y acompañarte amorosamente. Dejando ir lo que ya fue y creando paso a paso una nueva manera íntima y única de estar con tus seres queridos que ya fallecieron. O tal vez de confrontar esa separación con mi pareja, ese cambio de trabajo, una enfermedad… cada perdida es irremediablemente única y dolorosa.